Descripción
Se encuentra a
siete metros profundidad, excavado en la roca de forma manual por
nuestros antepasados, con las escasas y rudimentarias herramientas
existentes en la época.
Es el lugar donde se
efectúa la crianza de nuestro vino en barricas de Roble Francés.
El hecho de que se
trate de un calado hace que exista un microclima único donde la humedad
(70 a 80 %) y la temperatura (14 a 16 ºC) permanecen constantes durante
todo el año de forma natural.
Asimismo la
oscuridad total hace muy difícil la aparición y vida de insectos. La
ausencia de ruidos y vibraciones es absoluta.
Gracias a la suma de
todas estas características, imposibles de reproducir en una bodega
industrial de forma natural, el vino evoluciona muy lentamente y en
completo reposo, dando origen a un producto único.
Historia del Calado
El origen del calado
se remonta al pasadizo que comunicaba extramuros al antiguo castillo,
hoy desaparecido, con la zona de la Laguna (que fue desecada en el siglo XIX por razones de salubridad) donde se abastecían de agua y víveres en
épocas de asedio.
Posteriormente, a medida que fue creciendo el pueblo, las nuevas
construcciones se fueron anexionando las partes del pasadizo que
discurrían por debajo de sus casas.
De pasadizo se
transformó en almacén temporal de productos perecederos, gracias a su
baja temperatura constante entre 14 y 16º C, se le llamaba fresquera.
Posteriormente se descubrió que también era ideal para almacenar y
conservar vinos. Como anécdota decir que en los tiempos difíciles de la
Guerra Civil, mi padre Daniel lo utilizó para burlar las requisas, enterrando
en el suelo dentro de tinajas los productos de la matanza y del
campo.
|